Han transcurrido 11 años de formación escolar, podría decirse que hemos llegado al fin de un camino y vamos a empezar otro.
Esta primera escala que hemos hecho en el camino de la vida ha sido marcada con la indeleble huella que deja en nosotros el Colegio San José.
Significa mucho para nosotros el pasar a ser exalumno jesuita; el tener la obligación de ser el mejor; nuestra mentalidad no aceptará la palabra mediocre; queremos ser distintos, ser más, mejor, siempre y en todo.
Nuestra sociedad necesita hombres de progreso, hombres de servicio; por nuestra formación debemos materializar esto, pues estamos en una sociedad injusta donde una norma de vida es la deshumanización del hombre; se quiere hacer de él, animal en sus instintos y egoísta en sus virtudes.
Por esto, nuestra educación empezó desde que nuestras madres nos confiaron a la protección de María Inmaculada, y hoy, estamos conscientes de nuestra realidad, y vamos a cumplir con la tarea que se nos ha confiado, cada quien desde su trabajo, en su familia, todos en nuestro puesto, por la planificación y la conducción de los designios de Dios, nuestra Patria y en el mundo de hoy.
Como exalumnos jesuitas podremos ser profesionales, pero la calidad de nuestra formación nos hará diferentes; no seremos simples sujetos de riqueza, que ven en cada persona un objeto más para su producción… por ser privilegiados en nuestra educación no debemos aprovecharnos de ello, sino todo lo contrario, ser más para servir mejor.
Como exalumnos jesuitas podremos ser profesionales, pero la calidad de nuestra formación nos hará diferentes; no seremos simples sujetos de riqueza, que ven en cada persona un objeto más para su producción… por ser privilegiados en nuestra educación no debemos aprovecharnos de ello, sino todo lo contrario, ser más para servir mejor.
Hemos recibido talentos del Señor para multiplicarlos y compartirlos; por ello, GRACIAS COLEGIO SAN JOSE, GRACIAS QUERIDOS MAESTROS; pues su labor es muy importante como lo dijo el Padre Arrupe: “Educar para la justicia es educar para el cambio”; ese cambio es nuestra tarea.
Así pues nosotros, Promoción Kostka 86, confiamos saber recorrer este nuevo camino con
dignidad; y si alguno flaquea, Madre María, te pedimos no lo olvides, pues aquí tienes 76 hijos tuyos que te quieren y te necesitan, pues el hombre necesita valor, necesita comprensión, necesita amor.
POR TODO, MUCHAS GRACIAS
GUILLERMO PAREDES SAN ROMAN
5to de Secundaria
5to de Secundaria
